La presidenta del Govern, Francina Armengol, a través de su equipo de protocolo y prensa, convocó a todos los medios de comunicación de las Islas Baleares -a todos- a un acto institucional el pasado día 1 de febrero en la sede de la televisión pública de Baleares, IB3, en el polígono de Son Bugadelles de Calvià.
La presidenta, a cien días de las votaciones autonómicas, pretendía exponer ante toda la ciudadanía balear -a través de las televisiones, las radios y los periódicos- el cumplimiento de una de sus más preciadas promesas electorales: convertir en trabajadores fijos de la comunidad autónoma a los 315 periodistas y técnicos de los servicios informativos de la televisión pública que, hasta ese momento, ejercían sus funciones en una empresa privada subcontratada.
Pero lo que debería haber sido un gran momento de orgullo y satisfacción para la presidenta se convirtió en una amarga decepción, en un acto antidemocrático de veto a los profesionales de otros medios de comunicación.
Y los protagonistas de la noticia ya no fueron ni la presidenta Armengol ni los 315 profesionales internalizados. No. El protagonismo absoluto fue asumido, con desdén para la jefa del ejecutivo balear, por el director general de IB3 al vetar la entrada en las instalaciones públicas del ente a un equipo de esta casa, Fibwi Televisión, y al cámara enviado por Televisión Española por invitación expresa de la propia presidenta.
Más allá de las vanas excusas del señor Manresa vetando la entrada solamente de los profesionales de Fibwi y de Televisión Española, mientras todos los demás periodistas sí podían participar en la visita institucional de la presidenta a las instalaciones públicas de IB3, las reacciones de los profesionales del mundo de la comunicación y de la información, del Sindicato de Periodistas, de la Asociación de Periodistas, de la Asociación de Medios de Comunicación de Baleares e, incluso, de los propios trabajadores de IB3 a través de su comité de empresa fueron de absoluto rechazo a la acción perpetrada por el señor Manresa.
Y este jueves, en la Comisión de Control sobre la Radiotelevisión de les Illes Balears del Parlament balear, el señor Manresa tendrá una nueva oportunidad, si quiere, de exponer una disculpa pública o aportar una información clara y transparente sobre el veto que impuso, motu proprio, a los profesionales invitados por la presidenta Armengol.
Lo podrá hacer respondiendo con veracidad a las preguntas que le formularán los portavoces de cinco de los ocho grupos parlamentarios de la cámara, que representan a la mayoría absoluta de los diputados autonómicos elegidos por los ciudadanos de Baleares.
Además de responder a las preguntas de los portavoces de Ciudadanos, El Pi, Partido Popular y VOX, también el grupo MÉS per Menorca ha decidido interrogar al máximo responsable de IB3 sobre el veto impuesto a profesionales de medios de comunicación ajenos -y competidores- del que él mismo dirige.
El veto, pues, del señor Andreu Manresa a la libertad de prensa y al derecho a la información de los otros medios de comunicación ajenos al suyo propio y a la ciudadanía de las Islas Baleares llega, al fin, al Parlament. Se abre la sesión.