La unión Europea ha vetado desde el pasado domingo la importación de derivados del petróleo que lleguen en barco desde Rusia, con el objetivo de recortar los ingresos del Kremlin y estrangular su campaña militar en Ucrania. Esta ambiciosa medida irremediablemente obligará a reestructurar el mercado y, según los expertos, supondrá un encarecimiento de los combustibles, aunque se espera que sea paulatino.
El motivo es que Rusia es el principal exportador de gasóleo de España, suponiendo el 50% del diésel de vacío que se usa en el país.
Sobre la fecha en la que se encarecerá el combustible, se asegura que será un proceso lento, ya que actualmente las reservas son suficientes para que el impacto no sea abrupto. Además las empresas petrolíferas españolas, en previsión de una medida de presión a Rusia de este tipo, han hecho acopio, para poder mantener el suministro. Es por ello que los consumidores, de momento, no han notado esta subida.
Ante la previsión de que poco a poco coger el automóvil sea una opción excesivamente cara, y ante la gratuidad del transporte público desde el 1 de enero, para muchos es una opción a tener en cuenta, aunque otros prefieren pagar el sobrecoste del combustible.
Sea con un combustible más caro o usando trenes, autobuses y metros públicos, la realidad es que los ciudadanos seguirán pagando el precio de la invasión rusa a Ucrania.