Tras muchos tiras y aflojas entre el quipo socialista del Govern y sus socios ecosoberanistas de MÉS per Mallorca, hoy se ha anunciado un cambio radical en la estrategia hasta ahora impulsada por el ejecutivo balear sobre el conocimiento del catalán por parte de los médicos de la sanidad pública.
El IB Salut exigirá, finalmente, el conocimiento de la lengua propia y cooficial de la comunidad a todos los profesionales sanitarios, con una moratoria de dos años para que los interinos que se presentan a las plazas de estabilización, si es que no lo conocen, se formen para que sean capaces de utilizarlo. Un cambio de discurso, respecto al de la última semana del Govern, que se ha anunciado en una de las preguntas de control hechas en el Parlament.
El acuerdo en el seno del Govern se cerró a últimas horas de esta pasada noche, después de que MÉS per Mallorca planteara romper el Govern y el PP se ofreciera a Armengol para apoyarla en esta disputa.
El giro radical se ha producido después de que, desde el Consolat de Mar, se haya comprobado que en las 35 especialidades médicas de las 49 existentes puestas a disposición de los nuevos funcionarios sanitarios se han presentado más solicitudes por parte de médicos que sí acreditan saber el catalán que plazas disponibles.
Estas cifras desmienten de forma radical las razones argumentadas hasta ahora por el IB Salut. Y es que desde el propio Govern se dijo que no se exigía el catalán por la imposibilidad de cubrir las plazas vacantes con médicos que cumplen esta exigencia.
Ante esta nueva estrategia, en las otras 14 especialidades médicas donde sí hay un déficit de médicos optantes se les ofrecerá formación para que puedan acabar acreditándolo.
Esta noticia no solo sorprendía a populares y Ciudadanos. Ambos, comparten la idea de que la mejor manera de solucionar parte del problema de la carencia de profesionales sanitarios pasa por convertirlo en mérito y no en requisito.