Se trata de una nueva fase de las obras que se iniciaron el pasado día 18 de noviembre y que pretenden ahora empezar a transformar la calzada y las aceras que se encuentran más cercanas a la fachada de los edificios.
Buena muestra de ello es la quilométrica valla que ya se ha instalado en esta zona del Paseo Marítimo y que ha provocado la desaparición de las terrazas que muchos bares y cafeterías pudieron ampliar en la calzada para combatir las restricciones impuestas durante la pandemia.
Jorge Gil, copropietario del Bar Cafetería AperiTime, reconoce que "va a haber una quita en la facturación seguro. El espacio no quedó tan prolijo como lo teníamos y nos limita mucho el trabajo diario".
Una preocupación, la económica, que se une al malestar, manifestado ya por varios restauradores de la zona en las últimas semanas, ante la desinformación, aseguran, con la que se enfrentan a un proyecto de esta magnitud. "Nos enteramos de lo que van haciendo por la prensa y entre los rumores de los vecinos. Vamos un poco a salto de mata, sin saber muy bien cómo nos va a afectar, durante qué meses van a trabajar, si van a parar en verano...", lamenta Luis Loshuertos, propietario de la Cafetería Tropic.
Una supuesta falta de información que niegan fuentes de Autoridad Portuaria de Baleares, desde donde aseguran que las reuniones con las asociaciones de vecinos y las diferentes patronales afectadas han sido constantes para explicar el proyecto.