Sus Majestades han iniciado 2023 con una visita institucional a Menorca, con motivo de la inauguración de las obras de la conocida herencia Balada, consistente en una farmacia declarada patrimonio histórico, cuyo propietario dejó en herencia a los entonces Príncipes de Asturias, con el objetivo de preservar su legado.
El primer acto de la agenda de los Reyes en Menorca era la visita a la Isla del Rey, donde una comitiva formada por la presidenta del Govern, la presienta del Consell de Menorca, Susana Mora y diferentes alcaldes de los principales municipios menorquines, daban la bienvenida a Don Felipe y Doña Letizia, para acompañarlos en un recorrido por el hospital militar.
Esta no es la visita de uno de los miembros de la familia real a la isla, ya en 2008 el Rey Emérito desembarcó en el islote y, posteriormente, en 2013, lo hizo la Reina Sofía. Es por ello que para la fundación, cada visita es un acontecimiento histórico.
A lo largo de la mañana, la comitiva institucional ha visitado una a una las diferentes salas del centro de interpretación del hospital militar de la Isla del Rey, que debe su nombre al hecho de haber sido la primera tierra menorquina que pisó el Rey Alfonso III cuando fue a conquistar Menorca a los Musulmanes. El hospital, convertido en museo, y que ha mantenido algunos de los utensilios originales, fue fundado en 1711 y convertido en hospital naval una década después. No fue hasta 1802 cuando pasó definitivamente a la corona española, manteniendo el vínculo con Menorca desde entonces. El hospital estuvo en funcionamiento hasta los años 60, cuando se trasladó definitivamente a Mahón y fue abandonado. Gracias a la Fundación Illa del Rey, se ha rehabilitado y se salvaguarda la isla y su contenido.
Con esta visita, los Monarcas ponen el foco en una parte de la historia de Menorca, digna de permanecer en la memoria de los ciudadanos del archipiélago.
Ya por la tarde, Felipe VI y Doña Letizia se han trasladado hasta Ciutadella para visitar la farmacia Llabrés. Un emblemático espacio que ha sido declarado patrimonio histórico y, tras 30 años cerrado, ha sido restaurado. Originariamente era propiedad de Juan Ignacio Balada Llabrés, que se lo dejó en herencia a Sus Majestades, cuando eran Príncipes de Asturias. Ellos cedieron el inmueble a la Fundación de Personas con Discapacidad de Menorca, quien se encargará de su gestión en los próximos 10 años. Después de la visita se ha llevado a cabo el acto oficial de inauguración del edificio.