La operación se inició a raíz de los informes de patrullas policiales que alertaban del incremento del consumo de marihuana en un parque próximo a donde ahora se ha intervenido la droga.
Los agentes se desplazaron a la zona en varias ocasiones y pudieron comprobar que decenas de personas se movían por el lugar consumiendo drogas.
Los agentes intervinientes lograron dar con dos viviendas donde se llevaba a cabo la compraventa y en el que cinco varones, de edades comprendidas entre 23 y 35 años, vendían de forma ininterrumpida marihuana y hachís.
Se da la circunstancia de que muchos de los clientes que compraban la mercancía la consumían después en zonas cercanas.
El movimiento de gente era tal que la policía identificó el lugar como una autentico “punto negro” en la venta y distribución de drogas y se solicitó al juzgado una orden de entrada y registro en el inmueble, que se llevó a cabo el pasado martes por decenas de agentes de diversas unidades.
La investigación permitió localizar en el interior de los inmuebles a los cinco vendedores que fueron detenidos, pero también una plantación con un centenar de plantas de marihuana en último estadio de crecimiento y un peso de 33 kilogramos.
También se intervinieron miles de euros, básculas de precisión y diferentes armas (un machete de grandes dimensiones, un bastón de madera y una escopeta de perdigones) que, al parecer, eran utilizados para evitar robos en los puntos de venta.