Con una votación a mano alzada, los cerca de 150 médicos de Atención Primaria congregados este jueves en Asamblea, mostraron su predisposición a secundar una huelga a partir del próximo mes de enero.
Los facultativos consideran que la respuesta de la Conselleria tras varias reuniones donde han manifestado sus exigencias, no ha sido suficiente.
Se abre así la posibilidad de un paro cuya convocatoria depende ahora de la decisión final del Sindicato Médico de Baleares, quien tiene previsto reunirse el próximo día 21.
La falta de profesionales, asegura el colectivo, obliga a los médicos a tener que realizar horas extras, en muchas ocasiones, aseguran, no remuneradas, además de tener que atender en consulta a cerca de 50 pacientes diarios cuando lo recomendable no sería no superar los 25.
Una situación que conoce la Conselleria, que de momento se habría mostrado incapaz de atraer a nuevos profesionales a nuestro archipiélago, además de fidelizar, aseguran desde la Asamblea, a los profesionales que ya trabajan en la Atención Primaria.
La huelga, pues, sería el siguiente paso del colectivo para protestar ante la situación actual. Una huelga cuyas consecuencias para la ciudadanía son difíciles de prever y de las que nadie, ni médicos ni Conselleria, se quieren hacer responsables.
Tras varias reuniones y encuentros, la conselleria de Salud, Patricia Gómez, no ha conseguido apaciguar los ánimos entre los médicos de Atención Primaria.
Así, durante una visita a las nuevas instalaciones de formación y simulación del 061, la consellera ha vuelto a responsabilizar al Partido Popular de los males actuales en la Atención Primaria.
Unas explicaciones que ya expuso a los representantes médicos en la última reunión mantenida la semana pasada, pero que parecen no ser suficientes para este colectivo, ya que la mayoría de sus profesionales se ha mostrado abiertamente favorable a secundar una huelga a partir del próximo mes de enero.
Una situación que los profesionales de Atención Primaria califican de insostenible y que podría desembocar en una huelga que todas las partes, de momento sin éxito, tratan de evitar.