Salvemos El Bungalow. Este es el mensaje visible en todo Ciudad Jardín. La modificación de la Ley de Costas obliga a demoler este lugar emblemático que da trabajo a 20 personas. Ni la propiedad, ni el barrio, ni los clientes, están dispuestos a perder la esperanza por salvar un lugar que forma parte de sus vidas.
Cuarenta años de actividad en una casa, reconvertida en restaurante, con casi un siglo de historia. Cuatro generaciones de mujeres al frente de un negocio que se ha convertido en el balcón de Ciudad Jardín y el sustento de 20 familias para las que El Bungalow es, más que un trabajo, una familia. Esto es exactamente lo que se vive de puertas adentro de este emblemático establecimiento. Un lugar conocido y apreciado por los vecinos del barrio y comensales habituales que tiene los días contados. Un informe de Demarcación de Costas de finales de julio obliga a su demolición por temas medioambientales.
La historia del inmueble es más antigua que los 39 años del restaurante. En 1912 se construyó como vivienda. En 1943 el abuelo de la actual propietaria lo compró como regalo de bodas para su hija. Con el tiempo y sacando los permisos pertinentes, se convirtió en habitaciones anexas al desaparecido hotel familiar y, posteriormente en restaurante. Desde entonces, cada generación ha ido pasando a formar parte del restaurante.
La familia no es la única implicada en la difícil tarea de salvar el Bungalow. Ex empleados, amigos, vecinos, clientes y una gran cantidad de personajes públicos se suman a la lucha.
Sea cual sea la relación con El Bungalow, lo que es seguro es que todos se darán cita este domingo a las 12:00h. frente al establecimiento para salvar un pedacito de historia de la isla.