La economía mundial se encuentra inmersa en un contexto económico sumamente complicado, debido a las 5 crisis simultáneas que se están viviendo en estos momentos, como son la guerra de Ucrania, la elevada inflación, la presión geopolítica, las consecuencias de la pandemia por covid y la crisis del cambio climático. Esto hace que las economías de todos los países se vean afectadas en mayor o menor medida, aunque en España a la que somos más sensibles es el incremento de los precios, sobre todo de las energías y los alimentos. La repercusión de esta policrisis en la economía de Baleares es lo que se ha tratado en el desayuno empresarial organizado por la Fundación Impulsa en Caixa Forum, a cargo de su director, Toni Riera y el economista jefe de CaixaBank Research, Enric Fernández, con la presencia de la presidenta del Govern, Francina Armengol. En este acto se ha situado la economía de Baleares dentro del escenario mundial y se han dado pequeñas claves para afrontar los próximos trimestres.
En el acto se ha hecho un repaso a los datos macroeconómicos mundiales y las tendencias para los próximos 6 meses, así como las principales medidas que deberían adoptarse para paliarlos.
Según Fernández, la crisis inflacionista en Estados Unidos se ha situado en ocho puntos, siendo la inflación subyacente de un 6,5%. En Europa, en cambio, la inflación se encuentra en torno a un 10%, siendo la subyacente de un 5%; mientras que en España la inflación es del 9% con un 4,5% de subycente.
Estos datos responden a un shock de la oferta y de la demanda, en los que la demanda tiene un peso del 2%.
Para moderar estos porcentajes el Banco Central Europeo está tomando medidas para enfriar la demanda, obligando así a moderar los precios. Fernández recuerda que hay que estar atentos a lo que los economistas llaman "efectos de segunda ronda", que es la subida generalizada de los salarios para compensar la pérdida de poder adquisitivo. También los gobiernos deben lleva a cabo políticas fiscales que no incentiven la demanda. En el caso de no tener en cuenta estos dos últimos factores se podría generar un círculo vicioso inflacionista.
En cuanto a cómo afectará la situación a Baleares, las previsiones son moderadamente optimistas. El motivo para ello es que las empresas del archipiélago cuentan con una buena salud, pues disponen de un elevado nivel de liquidez. Ahora bien, para que la desaceleración no llegue a valores negativos, lo importante es aumentar la productividad y reducir la moderación salarial sin caer en la tentación de destruir empleo, aprovechando los buenos flujos turísticos internacionales, que se han hecho evidentes este verano y que, según previsiones de los expertos, continuarán a partir de primavera de 2023.
Ahora bien, los expertos recuerdan que, aunque el punto de partida de Baleares no es tan malo como se vaticinaba, el escenario sigue siendo el de una crisis múltiple, por lo que los esfuerzos deben ser conjuntos entre empresarios y gobiernos para, por un lado moderar la inflación sin hacer políticas fiscales que incentiven la demanda y por otro ajustar los márgenes empresariales para mejorar la productividad y el poder adquisitivo de los ciudadanos
