El final de la temporada turística es una realidad y, aunque en un principio se planteaba con dudas, las cifras han demostrado que Baleares sigue siendo un sitio bien valorado por los visitantes.
El turismo náutico no es una excepción y, este año, entre sus lugares predilectos se encuentra Alcudiamar. Este complejo ha sido elegido por un gran número de amantes del mar, no solo para atracar sus barcos, sino para disfrutar de todo lo que ofrece este smartport. De hecho, el puerto ha recuperado las cifras previas a la pandemia por Covid-19.
Alcudiamar constituye una infraestructura estratégica para Mallorca. Su situación en el norte de la isla convierte este puerto en un seguro refugio para todo tipo de embarcaciones, deportivas, de recreo y pesqueras, de todas las esloras y condiciones.
La proximidad de la Serra de Tramuntana, al pie de la cual se sitúa la Bahía de Alcúdia, el encanto del mar Mediterráneo y la rica biodiversidad de la más importante zona húmeda de Mallorca, configuran un entorno único.
Pero Alcudiamar es mucho más que un seguro y bello lugar de amarre. Sus modernos servicios portuarios y su extensa oferta de alojamiento, ocio, restauración, deporte y comercio hacen de Alcudiamar un lugar con atractivos para todos los públicos, navegantes y visitantes, turistas y residentes, profesionales y particulares, amantes del mar o simplemente de los buenos ratos, las compras, la gastronomía local e internacional y la belleza de un paisaje irrepetible.
La cultura ocupa un lugar de honor a tan solo 3 kilómetros del puerto, en la ciudad amurallada de Alcúdia y las ruinas de la antigua urbe romana de Pollentia. Allí se encuentra este famoso conjunto histórico artístico declarado Bien de Interés Cultural, un lugar mágico que no puede dejar de visitar.