La vida es ahora un 10’7 por ciento más cara que hace solo un año. Pero esta cifra es una media que no refleja la verdad que padecen las clases media y trabajadora.
La cesta de la compra, vital para el día a día de millones de españoles, aún se ha encarecido más que eso. Hasta un 15,2 por ciento. Traducido en euros, significa que alimentarse supone, incluso renunciando a productos caros, hasta 830 euros más al año por cada familia.
Unos 830 euros más al año en alimentos de primera necesidad -sin pescado fresco, carnes rojas, frutas de fuera de temporada ni refrescos ni bebidas alcohólicas- que son -sumándole las gasolinas, el gas y la electricidad- el equivalente al salario mínimo interprofesional de un mes.
La inflación desbocada que ya nos restaba poder adquisitivo antes de la invasión rusa de Ucrania -y que la guerra de Putin ha agravado- significa, de facto, trabajar gratis todo un mes del año y no cobrar nada por este esfuerzo.
La Organización de Consumidores y Usuarios cuantifica la subida de los precios de los alimentos en un 118 por ciento más que hace un año en el aceite de girasol, un 75 por ciento más en las magdalenas y la margarina, un 64 por ciento de encarecimiento en los plátanos de Canarias, el 60 por ciento de subida en la pasta y el 45 por ciento en los huevos. Evidentemente, una escalada de precios que supera el índice medio del IPC y que se convierte en una muralla infranqueable para las familias trabajadoras.
¿Y cuáles son las soluciones desde la política a este problema social?
Por un lado, y de la mano de la vicepresidenta Yolanda Díaz, obligar a los supermercados a vender una cesta de productos básicos a 30 euros. Propuesta que, incluso, han rechazado sus propios compañeros socialistas del Gobierno de España y que se ha desvanecido en la nada.
Por otro, aumentar los impuestos a los ricos para destinar la recaudación a subvencionar a las familias más desfavorecidas. Otra propuesta del Gobierno Sánchez que, por ahora, es solamente un proyecto encima de un papel que deben negociar y aprobar PSOE y Unidas Podemos en la futura Ley de Presupuestos.
Y, en paralelo, el Partido Popular propone rebajar el IVA del 10 al 4 por ciento en el precio final del pescado, la carne, el aceite, la pasta y las conservas… aunque desde el propio Gobierno Sánchez ya lo han rechazado.
Entre una idea y otra, entre propuestas que se lanzan a través de los medios de comunicación y que, por ahora, no se reflejan en el BOE, la realidad es que las familias van angustiadas al supermercado a comprar las cosas del comer, que cada día son más caras.
Y es que, mientras los políticos discuten y no se ponen de acuerdo, la cesta de la compra está, cada día que pasa, más vacía… aunque nos cuesta mas dinero.
