Así lo aseguran algunos vecinos de la barriada de Son Dameto, que afirman haber visto movimiento de jóvenes en los últimos días. Y es que las últimas actuaciones policiales realizadas en la oficina okupada de San Fernando, habría llevado a algunos de sus residentes a cambiar de aires. De hecho, en la calle Dragonera actualmente hay tres sucursales bancarias cerradas y en una de ellas sería la elegida por estos okupas.
Y es que el cierre de numerosas sucursales bancarias a causa de la digitalización ha provocado que muchos de estos locales hayan quedado abandonados. Por ello, no es de extrañar que los okupas se hayan fijado en estos espacios para establecer su residencia.
Entre los okupas hay familias pacíficas con pocos recursos y personas en riesgo de exclusión social que apenas generan molestias a los vecinos de los pisos colindantes, pero también grupos de jóvenes violentos como los que habitan en la oficina de la Avenida San Fernando situada a escasos metros de la sede de la Policía Local de Palma, que provocan graves molestias y problemas de convivencia en el vecindario.
De hecho, se calcula que al menos hay seis entidades bancarias de Palma en manos de grupos de jóvenes peligrosos que incluso amenazan a los vecinos del barrio. Una situación que provoca temor entre los residentes al generar inseguridad ciudadana.
Asimismo, la mayoría de residentes coinciden en la necesidad de tener que cambiar la actual normativa al considerar que beneficia a los okupas por encima de los propietarios y no tiene en cuenta los perjuicios que provoca a los vecinos.
