Se ha dicho en innumerables ocasiones: el Covid ha venido para quedarse. Hace dos años que sanitarios y población protagonizan una carrera contra reloj para minimizar la severidad de sus manifestaciones. En Baleares, se calcula que unas 300 mil personas han superado la enfermedad pero ¿qué porcentaje ha quedado con Covid persistente? Según el doctor Jaume Orfila, una de cada ocho personas debe convivir con secuelas de la enfermedad. El cansancio extremo, la conocida como "niebla" (peor capacidad de concentración, insomnio y sensación de que el cerebro ha quedado afectado), problemas respiratorios y dolores musculoesqueléticos, son los síntomas que más habituales.
A pesar de que estos síntomas cada vez son más leves y nos permiten sobrellevarla de la misma manera que hacemos con enfermedades como la gripe, hay que prestar atención a los grupos vulnerables. En el caso de contraer la enfermedad hay signos de alerta muy claros que nos indican que la enfermedad se está complicando: fiebre prolongada, dificultad respiratoria o cuadro confusional.
La mutación del virus hacia cepas menos agresivas es lo que está permitiendo recuperar la normalidad de forma progresiva pero ¿hay posibilidad de volver a una situación similar a la del principio de la pandemia? Aunque los expertos lo dudan, el virus los mantiene en alerta.
Si ha habido un arma que ha ayudado a recuperar esta relativa normalidad ha sido el desarrollo de las vacunas. Con la campaña de inoculación de la cuarta dosis, el beneficio para los grupos de población a los que se administra, supera los efectos secundarios que presenta. De hecho, la recomendación es vacunar a los grupos de riesgo para cubrirse las espaldas de cara a un empeoramiento de la situación.
Una conjunción de pequeñas y grandes actuaciones que poco a poco nos permitirán recuperar la vida normal, con la presencia de un virus que nos ha transformado.