Organizar fiestas en los municipios del pueblo y que se haga eco de ellas a través de las redes sociales, como viene ocurriendo en la última década, en muchas ocasiones, acaban en peleas y múltiples incidentes.
Esto es lo que ocurrió este pasado sábado en el pueblo de Santa Maria en la fiesta de los Quintos en la velada previa a las Fiestas Parroquiales en honor a Santa Maria del Camí. Y es que aun no había empezado la verbena y ya se estaban dando puñetazos en el interior de uno de los vagones del tren que iba de Palma hacia Inca.
Como puede verse en las imágenes registradas por un usuario del tren, un grupo de jóvenes de diferentes nacionalidades se dispuso a golpear brutalmente a otro joven, en una pelea a la que se sumó más gente y en la que la víctima acabó tendida en el suelo muy malherido.
Este tan solo fue uno de los múltiples incidentes que se fueron sucediendo durante la noche del sábado en Santa Maria. Y es que el eco de esta fiesta en las redes sociales llevó a que la organización se viera obligada a cancelar la fiesta antes de tiempo ante la falta de previsión y seguridad y la ausencia de un dispositivo policial preparado para este evento. Fue tan solo una patrulla de agentes la que tuvo que dar la cara ante los actos vandálicos, peleas, botellones y el aluvión de quejas y llamadas por parte de los vecinos.
Los organizadores de la fiesta, nacidos en 2001-2002, han pedido disculpas en redes sociales a los residentes de la zona en donde han expresado su decepción ante los distintos incidentes y comportamientos incívicos de la gente que alteró la verbena y en el que han asumido la falta de predicción de las personas que vendrían.
Así, lo han indicado en el comunicado donde denuncian que la gente no respetara la seguridad, a los mismos quintos y, mucho menos a todo el pueblo.
Y señalan que, una vez se dieron cuenta de que la situación se estaba complicando en el patio de la escuela donde se llevaba a cabo la velada, decidieron tomar medidas como dejar de vender tiques para consumir en la barra y cerrar las puertas del recinto para intentar controlar el ambiente.
Estas primeras medidas no fueron suficientes puesto que la situación, como cuentan en el comunicado, se complicó aun más, puesto que la gente se empezó a pelear entre sí, empujando para entrar hasta forzar la puerta y entrar como si no hubiera un mañana. Llamar a la policía local y al 112 y apagar la música fueron los siguientes pasos que dieron los Quintos hasta que llegaran las autoridades.
Las calles se llenaron de jóvenes de fuera de Santa Maria que realizaron botellones, destrozaron mobiliario público y privado, una veintena de chicos se subieron encima de un coche, peleas y más actos vandálicos terminaron con lo que debía ser una noche divertida y para los jóvenes del municipio.