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A más inflación, más recaudación fiscal

El Estado, la comunidad autónoma y los ayuntamientos están batiendo récords de recaudación fiscal. Con la recuperación del consumo tras la Covid y los precios que no paran de subir, sus ingresos por impuestos están disparados. Sin embargo, esta moneda tiene otra cara: los ciudadanos pagamos más caros todos los productos y, también, pagamos muchos más a Hacienda.

Con una inflación excepcional por encima del 10 por ciento, los contribuyentes estamos pagándole al Estado cifras de impuestos también de récord.

Estas recaudaciones antes nunca vistas se apoyan, asimismo, en las cifras de paro históricamente más bajas de las registradas en Baleares, lo que supone más gente trabajando, cotizando y consumiendo.

Y, para cerrar el círculo, el retorno del turismo a cifras similares a antes de la Covid multiplica todos los ingresos fiscales.

Con todo esto, entre todos los españoles le estamos pagando mucho más a Hacienda. Tanto es así que la recaudación de impuestos pulveriza récords en Baleares, con cuantías que superan los niveles prepandemia e, incluso, van más allá. En lo que va de año, el Estado ha recaudado un 24 por ciento más de tributos en la comunidad, la mayor cifra de los últimos 14 años.

Dado que muchos impuestos, y especialmente el IVA, están vinculados al precio de las cosas, la recaudación de la Agencia Tributaria, el Govern y los ayuntamientos se han disparado no solo por la mayor actividad económica, sino también -y sobre todo- por el mayor importe de las transacciones. A más consumo, más Ivas.

Y es que el impacto al alza del Impuesto al Valor Añadido es una consecuencia directa, pura matemática, ligada al aumento exponencial del consumo. En Román paladino, si incrementas la base imponible, al estar aplicando un porcentaje, la cuota tributaria es mayor.

Los expertos alertan de que estamos ante una subida encubierta de los impuestos, con una deriva doblemente difícil para los ciudadanos, que no solo pagan más caro todo lo que compran sino que también están abonando más al fisco.

Y todo ello confirmando el axioma de que la inflación es el impuesto de los pobres: con la subida de los alimentos y de los combustibles -imprescindibles para ir a trabajar- también las clases menos favorecidas están pagando proporcionalmente más impuestos. Con ello, no paga más el que más tiene, sino que pagamos todos más, seamos ricos o pobres.

De ahí la reivindicación de los sindicatos, apoyados por la parte del Gobierno de España que lidera Yolanda Díaz, de que la solución para porque los empresarios paguen salarios más altos. Sin embargo, nadie desde el mismo equipo de Pedro Sánchez reflexiona sobre la subida generalizada de la recaudación de impuestos ligados al consumo y del desequilibrio fiscal que perjudica, incluso, a los más pobres.

En conclusión: a más consumo, más recaudación por IVA, el principal impuesto de Hacienda, ya que un 46% de lo recaudado procede de ese tributo.

Y, para cerrar el círculo, la singularidad balear: con más turistas y con más trabajadores con empleo, también más recaudación.

Este verano, por tanto, será de récord en muchas cosas: en vuelos en los aeropuertos, en turistas llegados, en pernoctaciones, en coches alquilados, en subidas de precios, en falta de personal y, también, en los impuestos que pagamos todos.

Actualizado: 4 de septiembre de 2022 , , , , , , , , ,

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