El presidente de la asociación Familia Ucraniana, Yuriy Zubko, ha explicado que "llevamos seis meses durmiendo poco y trabajando mucho, recogiendo material", añadiendo que "vivimos con estrés, seguimos recogiendo cosas y pensando en cómo ayuda a la gente y a los soldados de allí".
Cuando se inició la invasión se produjo una oleada de solidaridad entre la población balear que no dudó en alojar en sus casas a refugiados ucranianos, realizar diferentes recogidas de material humanitario para mandar al país ucraniano e incluso, los más atrevidos, desplazarse hasta la frontera con ayuda humanitario o recoger a personas que huían del conflicto.
"Sigue habiendo preocupación, porque seguimos en guerra y cada día muere gente y hay miles de heridos, debemos ayudar a esta gente", ha señalado Zubko.
El antiguo Parque de Bomberos de ASIMA se estableció como un punto de recogida de material humanitario. Gracias a las donaciones desinteresadas de personas anónimas, asociaciones y empresas, han logrado mandar hasta 350 toneladas de ayuda.
De hecho, esta misma mañana ha partido una furgoneta con 1.500 quilos más de material con destino a Ucrania. "Tenemos varios grupos de voluntarios de confianza que nos siguen pidiendo cosas para los militares como ropa o uniformes, medicamentos o comida".
Sin embargo, con el paso de los meses esta solidaridad ha ido disminuyendo pese a que la ayuda todavía siendo necesaria. "Lo que recogíamos antes en un día ahora no lo recaudamos ni en un mes, las donaciones han bajado mucho", ha lamentado Yuriy Zubko.
Desde la entidad hacen un llamamiento para que siga la solidaridad con el pueblo ucraniano. Una ayuda que sigue siendo muy necesaria, especialmente para todos esas personas que sufren diariamente las consecuencias de la guerra.