De modo que se vuelven a utilizar totalmente o de forma parcial materiales usados en diferentes obras de mantenimiento y mejora de la infraestructura eléctrica, ya sea directamente o bien mediante los Centros de Recuperación y Tratamiento. De hecho, es mediante estos gestores autorizados que se eligen los mejores tratamientos para recuperar y transformar los residuos con el objetivo de maximizar su valoración y devolverlos al ciclo de producción y consumo.
Se recupera cableado eléctrico, baterías y acumuladores; se regeneran o dan nuevos usos a los aceites minerales utilizados en subestaciones eléctricas; y se reciclan o recuperan metales y compuestos metálicos.
Además, a la hora de seleccionar los residuos que se pueden valorizar, también se categorizan en especiales o no especiales. Se consideran especiales el aceite aislante y las emulsiones de agua con aceite de los transformadores; mientras que se clasifican como no especiales la chatarra, aislantes, escombros, cableado eléctrico, palos de hormigón, papel y plásticos, entre otros, desde los cuales se recicla, prácticamente, el 100%.
Durante el 2021, de los trabajos de mantenimiento de la red de distribución, se ha reciclado un total de 13.656 toneladas de residuos: 10'3 toneladas de papel y cartón, 15'26 toneladas de componentes de equipos y aislantes, 44 toneladas de madera, 9'6 toneladas de cristal, 8'5 toneladas de cobre y latón, 11'1 toneladas de aluminio, 2'6 toneladas de plástico, 48'2 toneladas de diferentes tipos de cable, 243 toneladas de chatarra y 13.146 toneladas de residuos de construcción y demolición. Por lo que respecta a los residuos especiales: 45,8 de equipos de aceite dieléctrico, 14'9 toneladas de equipos de hexafloruro, 18'6 toneladas de otros equipos eléctricos y electrónicos y 5 toneladas de contadores electrónicos.
Con este nuevo modelo económico y sostenible con el que Endesa se comprometió en 2019 con la adhesión al Pacto por una Economía Circular promovido por el actual Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, se quiere sustituir una economía lineal basa en extraer, producir, consumir y lanzar para una economía circular en la que se reduzcan, reutilicen o reciclen los materiales para reincorporarlos al proceso productivo, así como reducir o, incluso, si se puede, eliminar la producción de residuos. En definitiva, se trata de valorizar los residuos e ir un paso más allá en su gestión.
Esta gestión cuidadosa y especializada de los residuos se realiza de acuerdo con la Política Ambiental de Endesa, que destaca por una clara apuesta por la sostenibilidad a lo largo de toda la cadena de valor. Concretamente, la actividad de la distribución de la energía eléctrica se realiza bajo el paraguas de un sistema de gestión basado en la normativa ISO14001, certificado desde el 2004 que garantiza la excelencia en la gestión ambiental y la mejora continua de los procesos. En definitiva, la compañía trabaja para la disminución progresiva del consumo de recursos y la reducción del impacto sobre el medio ambiente donde se desarrolla la mejor parte de su actividad productiva.
