Tras amanecer con el cielo despejado, las nubes de evolución diurna -provocadas por las altas temperaturas y la humedad- podrían dar paso, de forma aislada y esporádica, a alguna precipitación que sería siempre ocasional y de carácter débil, principalmente en el este y norte de Mallorca.
El viento soplará flojo y variable aunque, eso sí, acompañado -y como es habitual- de las brisas costeras que se presentan, a partir de las horas centrales del mediodía, en las zonas costeras.
Con todo, la noche no será ni tropical ni tórrida, sino todo lo contrario: bajarán ligeramente las temperaturas para darnos un respiro nocturno.
En las horas diurnas, los termómetros protagonizarán un ligero ascenso, hasta los 33 grados de máxima, sin llegar al extremo de los más de 40 grados que se registrarán en los valles de los ríos Guadalquivir y Guadiana, en la meseta sur y en el interior de la comunidad gallega.
