El titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Palma ya tiene en sus manos el informe pericial de la Guardia Civil sobre los hechos acontecidos en la madrugada del pasado 2 de junio en el Passeig Sagrera, donde un vehículo de la Policía Local penetró de forma violenta y descontrolada en la zona peatonal y atropelló a tres paseantes, uno de los cuales murió prácticamente en el acto.
En el atestado, los especialistas de la Benemérita atribuyen al agente conductor de la local la responsabilidad de los hechos acontecidos. Textualmente, señalan que el vehículo circulaba a “velocidad excesiva e inadecuada para el trazado y condiciones de la vía”.
Asimismo, la Guardia Civil señala que los testigos presenciales interrogados posteriormente desmienten que el suelo estuviera mojado, con lo que así se desmonta la coartada de un patinazo del coche que lo hizo incontrolable. Unas declaraciones confirmadas por las cámaras de seguridad ubicadas en ese entorno.
Sobre las presuntas deficiencias técnicas de los neumáticos del coche de la Policía Local, la Guardia Civil concluye que no hay ninguna constancia escrita en el Cuartel de San Fernando de ninguna queja por parte de los agentes conductores o revisión específica sobre este particular.
Eso sí, el coche portaba neumáticos de distintas marcas en el eje delantero, lo que contraviene las recomendaciones de los especialistas y de los fabricantes.Además, se ha probado que las luces azules policiales de emergencia estaban activadas en el momento del accidente, pero no las señales acústicas
Los hechos probados señalan que a las 12:30 horas de la madrugada del 2 de junio, un coche de la Policía Local de Palma, que presuntamente iba en persecución de un hipotético acto de violencia de género, circulaba por la calzada lateral del lado tierra del Passeig Sagrera.
Al llegar a la confluencia con la plaza Atarazanas, frente al Consolat de Mar, donde acaba el asfalto y comienza la zona peatonal, dio un violento giro a la derecha y choco con las ruedas delantera y trasera del lado izquierdo con el bordillo, que saltó violentamente perdiendo el parafangos posterior.
Ya en la acera, golpeó una farola y embistió lateralmente contra tres paseantes. Dos de ellos resultaron gravemente heridos y el tercero, el camarero italiano Mario Decandia, de 37 años, muerto prácticamente in situ.
El conductor del coche policial, un agente de 43 años y 18 de experiencia en el cuerpo, está personado en la investigación como imputado por homicidio y suspendido de empleo y sueldo en la Policía Local hasta que se aclaren los hechos.
