El funcionamiento de este nuevo equipo está basado en el uso de campos magnéticos de alta intensidad que son capaces de activar los mecanismos celulares. Se trata de un método terapéutico no invasivo que además de acelerar los procesos de recuperación mejora la calidad de vida de los pacientes.
La terapia diamagnética actúa sobre la raíz interna y externa de las células, incentivando el mecanismo del drenaje y la regeneración de los tejidos (piel, músculos, nervios, huesos…).
La bomba diamagnética es en realidad un acelerador de los procesos diamagnéticos. Si tenemos en cuenta que el 60-80% de las estructuras corporales son líquidas y el líquido es un material diamagnético, podemos entender su gran capacidad de actuación en los tejidos.
La bomba trabaja fundamentalmente en 3 ámbitos:
- Desplazamiento de líquidos. Con ellos se consigue reducir considerablemente cualquier edema o inflamación.
- Estimulación endógena. Es decir, regeneración de tejido (piel, hueso, tendón, nervio…)
- Tratamiento del dolor.
Gracias a estas 3 funciones es muy eficaz y se puede aplicar en muchas patologías. Como, por ejemplo:
- Flebología y Linfología (edema linfático, Inflamatorio, postraumáticos…).
- Patología de la espalda (hernias discales, lumbalgias…).
- Lesiones musculares.
- Lesiones articulares (esguinces, edemas, artrosis, artritis…).
- Rehabilitación postquirúrgica
- Terapia del dolor
- Lesiones neurológicas
- Tratamiento de úlceras, cicatrices, etc.
Este equipo, además, se puede utilizar en Medicina Estética para tratamientos de rejuvenecimiento, recuperaciones tras cirugías… Para el paciente tiene importantes ventajas: es una técnica no invasiva, indolora, que se aplica cómodamente mientras el paciente permanece tumbado, con excelentes resultados desde la primera sesión.