En el momento de la intervención, los agentes del Seprona y los inspectores de Seguridad Alimentaria y de la Consellería de Salut i Consum, hallaron en la finca un total de 25 corderos en despiece, 210 vivos y 90 cabras vivas, todos ellos encerrados en establos.
El responsable de la finca no poseía documentación de trazabilidad de los animales, y el sacrificio de estos se estaba realizaba sin ninguna medida de aturdimiento previo y en condiciones pésimas higiénico sanitarias, lo que podría ocasionar un grave problema de salud alimentaria para los consumidores.
Según las primeras pesquisas, estos animales sacrificados irían destinados a la celebración musulmana de la Fiesta del Cordero.
Por parte de Ganadería se procedió a la intervención de todo el ganado ovino y caprino que había en la finca.
El responsable de la finca será propuesto para sanción por parte de los inspectores de las consellerías mencionadas.