El viento soplará flojo de componente norte, para ir desvaneciéndose así como avancen las horas en el reloj. Al mediodía, como es habitual en nuestro archipiélago, harán acto de presencia las brisas costeras, de forma destacada el Embat mallorquín.
La noche del viernes al sábado no llegará a ser tropical solo por un grado ya que las mínimas alcanzarán los 19 ya de madrugada.
Sin embargo, las máximas diurnas sí que experimentarán un ascenso apreciable. De hecho, se espera superar los 34 grados en las zonas más alejadas del mar.
La estabilidad de la masa de aire sobre el Mediterráneo Occidental por la falta de viento y la evolución de la dorsal térmica de altas presiones en niveles medios y altos de la troposfera que han provocado temperaturas de más de 40 grados en la Península Ibérica, origen todo ello de esta segunda ola de calor, alcanzará su máxima expresión este domingo en Baleares.
Con el cielo de nuevo despejado, mucho sol y vientos variables flojos, la noche será -esta vez sí- tropical, con mínimas de 22 grados. Y de día el termómetro ascenderá hasta los 35 grados, con una clara sensación de bochorno estival.
Por todo ello, las horas nocturnas del domingo al lunes serán, incluso, más cálidas aún, sobrepasando los 23 grados.
Las máximas diurnas del primer día laborable de la próxima semana seguirán por encima de los 32 grados, aunque ligeramente más bajas que las del domingo.
El fin de esta segunda ola de calor del verano dependerá de una borrasca de tipo Dana que se está formando sobre el Atlántico. Remitirá si su viento frío empuja la masa de aire cálido que habrá estado todo el fin de semana sobre la Península y Baleares. Si, por el contrario, la Dana avanza hacia el norte, seguirá el calor con nosotros, al menos, varios días más.
