Tras una mágica noche de celebración, las playas de las Islas han amanecido con toneladas de basura. Una dura tarea que ha llevado horas de trabajo a los equipos de limpieza y voluntarios para que en las playas no quede ni rastro de basura.
Y es que tras dos años sin poderse celebrar a causa de la pandemia de la COVID-19, las playas se han llenado de gente deseosa de festejar la noche más mágica del año, en la que no han faltado ni las velas, ni las hogueras, ni las tradiciones como mojarse los pies.
Sin embargo, la popular fiesta deja paso a kilos y más kilos de basura que se acumulan en las playas, una vergonzosa imagen que se repite cada año y que provoca que los servicios de limpieza tengan que emplear numerosas horas para dejar la arena sin suciedad.
De hecho, las tareas de limpieza en las playas de Palma han arrancado alrededor de las tres y media de la mañana y se han alargado hasta bien entrada la mañana para que los bañistas más madrugadores encuentren la arena en las mejores condiciones posibles.
Y pese a la bandera amarilla por viento y olas, los más atrevidos han decidido darse un refrescante y revitalizante chapuzón, si bien la inmensa mayoría ha optado por tomar el sol o pasear por la orilla.
También hay quien ha aprovechado la mañana para rastrear la arena en busca de objetos y monedas que hayan podido quedar olvidados en la playa. Sin embargo, a algunos parece que todavía les duraba la resaca tras una intensa noche de celebración y varias copas de más.
Con todo, la noche de San Juan ha transcurrido con total normalidad y sin incidentes destacables, tanto en las playas como en los festejos del Parc de la Mar.
Y para retirar todos los residuos acumulados, el dispositivo de limpieza desplegado por Emaya ha iniciado sus tareas a las tres de la mañana. En total, se han recogido 13 toneladas de basura entre el Parc de la Mar y las playas de Ciutat, según ha explicado el presidente de la empresa pública, Ramon Perpinyà.