La gran mayoría de pescadores aficionados apoyan esta medida de protección y conservación, pero lamentan el hecho de que se hayan tenido que enterar de esta prohibición a través de los medios de comunicación.
Un paseo por el Portitxol, uno de los barrios pesqueros por excelencia de la capital balear, basta para comprobar el desconocimiento generalizado por parte de los pescadores acerca de una restricción que entre en vigor esta misma semana.
Rubén Berrio, dependiente en el Bazar Las Palmeras, uno de los establecimientos de artículos de pesca más conocidos en Palma, reconoce que "es algo nuevo de lo que me estoy enterando ahora. Aquí tenemos muchos clientes y nadie sabe nada".
Una sorpresa que no implica desacuerdo con la medida, pues tal y como reconocen los propios agentes implicados, la pesca del pulpo ha crecido exponencialmente en los últimos años. "Antiguamente el pulpo era una cosa que no estaba valorada. De hecho, te ibas al mercado a comprarlo y era una cosa muy barata. Hoy por por, sin embargo, y gracias a la gastronomía que tenemos tanto en Baleares como en el resto de España, ha crecido un montón el tema de la cocina del pulpo", reconoce el propio Berrio.
Un producto, el pulpo, del que existen casi tantas recetas para prepararlo como modalidades para pescarlo. En ambos ámbitos, la evolución ha sido evidente. Así, Rubén Berrio explica que "antiguamente se cogía con una piedra blanca, a la que se le hacía un agujero, por donde se pasaba una cuerda y se le ponía una sardina o una salpa. Entonces, cuando se agarraba el pulpo a la piedra, lo subían lentamente. Hoy en día ya tenemos pulperas con anzuelos, otros los pescan a fusil o incluso con una lanza".
Modalidades todas válidas excepto a partir de este miércoles y hasta el próximo 31 de julio, con el único objetivo de facilitar la reproducción de la especia y el aumento del tamaño de las futuras capturas.
