Así, desde ARCA aseguran que la actual situación que se vive en el barrio de Santa Catalina se hubiera podido evitar. "Nosotros ya advertimos antes de que se ejecutara el eje cívico de Santa Catalina, que nosotros le llamamos el eje incívico de la calle Fábrica, que hicieran un plan de usos. No lo quisieron hacer y ahora hemos perdido prácticamente todo el comercio de la calle Fábrica y tenemos un comedero en la vía pública", lamenta Àngels Fermoselle, vicepresidenta de ARCA.
Una situación que se ha convertido en insostenible para muchos vecinos, quienes asisten atónitos cómo en plena polémica el Consistorio se ha visto obligado a aprobar la ampliación de un restaurante de la zona. "El gran responsable del desorden que hay en este momento en las calles de Santa Catalina es una mala gestión municipal. Tienen que asumir su responsabilidad y corregir de manera inmediata", ha exigido la propia Fermoselle.
Fermoselle lamenta que la actual situación que se vive en el barrio de Santa Catalina le recuerda a otras no tan lejanas en el tiempo y cuyas consecuencias todavía pagan determinadas de la capital balear. "El barrio de El Terreno, especialmente en la parte de la plaza Gomila, ha quedado prácticamente aniquilado después de la explotación excesiva de un mismo tipo de negocio en aquel lugar. La Lonja, por su parte, es un barrio maravilloso en donde, estoicamente, sobreviven ciudadanos de aquí después de haber sido un barrio de moda, perturbando la paz de los vecinos durante tantísimo tiempo", ha querido destacar la vicepresidenta de ARCA.
El futuro de Santa Catalina no parece alentador en estos momentos, más teniendo en cuenta, los precedentes que ya existen en la propia capital balear.