"Hay mucha gente que comienza a trabajar a las siete de la mañana y es imposible que acuda a su puesto de trabajo en transporte público. Por otra parte, también hay gente que trabaja en centros comerciales o como funcionarios en algún hospital que salen a las diez de la noche, pero a partir de las 22:20 ya no es posible coger el tren", lamenta Guillem Ramis, miembro de la Associació d'Usuaris del Tren.
Además de esta ampliación horaria, desde la asociación también reclaman una mayor coordinación entre el servicio de tren y los autobuses lanzadera que conectan algunos núcleos urbanos con determinadas estaciones.
Así, Ramis señala que "hay transbordos en la Part Forana que requieren esperas de más de 20 minutos. Si no se adaptan los horarios de los autobuses lanzadera, este aumento en la frecuencia de los trenes no acaba de ser todo lo buena que debería ser".
Y es que, no en vano, desde la asociación lamentan el "abandono" que ha sufrido el servicio del tren durante las últimas décadas. "Ahora, cuando el precio de los carburantes puede que deje a muchas personas sin poder utilizar el coche, es cuando quieren que la gente venga en tren. Pero el tren no tiene la capacidad ni llega hasta todos los lugares donde tendría que llegar", se queja el propio Guillem Ramis.
El actual contexto económico será, a buen seguro, decisivo para el futuro del tren en Mallorca.