Los precios siguen disparados con lo que los ciudadanos de Baleares afrontamos las vacaciones de Semana Santa con la vivienda, el transporte y la cesta de la compra más cara en 37 años. Con esta nueva subida del IPC, los bolsillos de todos los ciudadanos se ven agraviados con lo que disponen de una media de 350 euros menos cada mes para hacer frente al coste de la vida.
Una escalada de precios que ha ido en aumento en los últimos meses y que se ha agravado aún más con el estallido de la guerra en Ucrania. Y unas subidas que han repercutido sobre todo en todos aquellos servicios y productos que más se han visto afectados por el conflicto como los transportes, la luz y el combustible.
De hecho, el alto precio del combustible hizo que transportistas y también los pescadores parasen su actividad ya que no podían salir a trabajar a pérdidas. Una escalada que también perjudicó a agricultores y ganaderos y que, como consecuencia hizo disparar aún más los precios de determinados alimentos como la leche o el aceite de girasol. En otros sectores, como la restauración, se sumaba el aumento de la factura de la luz, por lo que decidían también subir precios a los clientes para poder afrontar los gastos fijos de sus negocios.
Para frenar esta inflación económica, cabe recordar, que la UE, el Gobierno y el Govern de les Illes han aprobado una serie de medidas para los sectores más afectados, las famílias más vulnerables o para combatir la pobreza energética. A parte de la rebaja en 20 céntimos del precio del combustible aprobado para todos los ciudadanos, el resto de medidas adoptadas recientemente aún no han tenido impacto en la escalada de los precios a tenor del incremento del IPC. Unos precios que de cada vez son más caros y una capacidad adquisitiva menor por familia con lo que muchos ciudadanos deberán apretarse el cinturón.