La forma más habitual de contagio es a través de las uñas. El infectado se rasca y traslada los huevos de un lugar a otro. Estos, a su vez, permanecen en la ropa y sólo fallecen tras estar 3 días sin contacto. Puede haber transmisión cuando hay contacto íntimo, de al menos 20 minutos.
Por este motivo, cuando se detecta un caso en una familia, es fundamental que todos los miembros de la familia hagan el tratamiento de forma simultánea y que cuando lo hagan, reduzcan la interacción íntima con los demás. Simultáneamente, se debe aislar la ropa en bolsas de plástico o lavarla a 60 grados y después deshumedecerla en la secadora.
La sarna irrita el cuerpo humano y provoca que la persona se rasque. Los niños suelen tener más lesiones debido a que su piel es más delgada y es más fácil entrar. De igual modo les pasa a las personas con piel atópica. Esta infección no tiene nada que ver con la higiene, pueden contagiarse cualquier persona.