Se trata del mayor contingente de refugiados procedente de Ucrania que ha llegado a la isla hasta la fecha. Un convoy formado por un autocar y cuatro furgonetas cargados de ayuda humanitaria coordinado por la Associació Per Ells y un grupo de voluntarios, entre ellos bomberos y policías.
Con emoción, mucha emoción de poderse reencontrar, por fin, con sus seres queridos, esperaba Gala Davydovych, ucraniana residente en Mallorca a su sobrina, su nuera y sus nietos. Pero la sensación es agridulce, porque ha Gala tiene a su hijo y a su madre en Ucrania.
Con chocolatinas, bombones y banderas ucranianas han recibido Anna Rodina y su hijo Zahar a parte de su familia que se alojará con ellos y en viviendas de familias de acogida.
Precisamente, con un largo abrazo en el que se han fundido el pequeño Zahar y su prima han puesto fin a días de angustia y preocupación.
En la estación marítima número 3 de Palma también esperaban una decena de familias que se han ofrecido a acoger en sus casas a ucranianos huidos del conflicto bélico. Para hacer esta primera toma de contacto más amena, muchas de estas familias han traído peluches y regalos para los más pequeños.
Tras largos días de viaje, los refugiados han llegado a Mallorca donde tratarán de retornar a la normalidad. Se sienten afortunados por haber huido del terror, pero a la vez apenados por tener que dejar atrás sus hogares y sus vidas, pero sobre todo, a sus seres queridos con la incertidumbre de saber si se volverán a abrazar.