"El ahorro viene por dos partes: uno porque tú dejas de comprar kilovatios a tu comercializadora y la otra porque tú compensas los kilovatios que cedes a la red en tu factura. Hay una parte negativa de la factura que resta y hace que se abarate todavía más tu gasto", asegura Aina Calafat, directora comercial de EFIWATT, una consultora e instaladora especializada autoconsumo fotovoltaico.
De hecho, la propia Calafat manifiesta que "puedes llegar a rebajar la factura hasta un 70 por ciento. Si esto lo complementamos con unas baterías, podríamos llegar a dejar de comprar energía a la red".
Los expertos aseguran que la instalación de estos equipos es factible tanto en zonas rurales como urbanas, pudiendo incluso una comunidad de vecinos beneficiarse de esta reducción de costes de manera conjunta.
"El retorno, sin ningún tipo de ayuda, con los precios que se manejan actualmente, estaría sobre los seis años. Pero si los clientes consiguen algunas de las múltiples subvenciones que existen, ese periodo se puede reducir hasta los cuatro años. Encima, si están en un municipio que les bonifica el IBI, podrían llegar a amortizar la inversión en uno o dos años", apunta la responsable comercial de EFIWATT.
El precio de la instalación de estos equipos en una vivienda unifamiliar estaría entre los siete y los diez mil euros actualmente.