El alcalde Hila afirmó que la intervención artística de Mesas, de haber sido ejecutada en otro edificio de la ciudad, “no habría tenido ningún problema”. En este sentido añadió: “El problema no es el mural de Mesas, sino el sitio elegido para su ejecución”, por tratarse de un edificio de estilo racionalista.

Si resulta que la denegación se basó en dos artículos: en el 68 de la LOUS sobre “adaptación al ambiente” y en el 337 del Plan General de Palma sobre las condiciones de estética de las fachadas, pero el alcalde reconoce que en otro edificio no habría ningún problema, la conclusión es clara: no se incumple ninguna norma.

El alcalde justifica la denegación no en la normativa, sino en la protección que merece “un edificio racionalista”. A este respecto hay que recordar que el edificio no se encuentra protegido, por lo que esta excusa obviamente no es válida.

Ninguna de las actuaciones que promueve el Ayuntamiento como Arte Urbano pasarían el filtro de una interpretación estricta de los artículos en que se basa la denegación, pues por definición el arte urbano no se “integra en el ambiente ni en la estética de las fachadas” por su natural carácter transgresor. La diferencia, pues, entre que se pueda aceptar o no vendrá dada por la condición de protegido o no del edificio.

Hay que recordar que el edificio, hasta la fecha, no está protegido, ni mucho menos lo estaba cuando José Luis Mesas llevó a cabo su intervención pictórica. Y si en otro edificio el mural no tendría problemas es porque el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) lo permite. Si el edificio merecía algún tipo de protección especial, debió haberse catalogado, algo que nunca se hizo, hasta ahora para “vestir una actuación que se sabe arbitraria y contraria a lo que no solo autoriza, sino que promueve el propio Ayuntamiento”.

En la revisión del PGOU que actualmente está en exposición pública, se plantea proteger el edificio del Hotel Artmadams, lo que pone en evidencia que hasta ahora no había merecido la atención del Ajuntament de Palma por sus características arquitectónicas. Y, además, la ficha del vigente plan general está desfasada y no contempla las sucesivas modificaciones ejecutadas en el inmueble, algo por lo que Hotel Artmadams ha formulado alegaciones a dicha revisión del PGOU.

La propiedad del Hotel Artmadams defenderá en juicio que la realización de murales artísticos en las fachadas de edificios que no se encuentren catalogados o no formen parte del centro histórico, como es el caso, es una actividad no sujeta a intervención administrativa. Así lo ha venido demostrando el propio Ajuntament de Palma en su praxis diaria, sin que se hayan realizado actuaciones municipales para la eliminación de multitud de murales creados en la ciudad, muchos de ellos a iniciativa de Cort y que, además, y tal como se evidencia de las declaraciones del alcalde, no se vulnera ninguna norma.

El mural de José Luis Mesas es una obra de arte digna de ser conservada y es un evidente atractivo turístico y cultural para la ciudad de Palma, lo que debiera mover al equipo de gobierno municipal a su conservación y protección. Sin embargo, su tozudez y persistencia en ordenar la destrucción de esta intervención pictórica de Arte Urbano demuestra una gran falta de sensibilidad artística y va en contra de lo que Cort dice defender desde el área de Cultura, que es la promoción de toda expresión artística.