Después de haber sido los más castigado por la pandemia, los mayores son ahora también el colectivo que más sufre los efectos de una transformación digital agudizada por el coronavirus y que les excluye de muchos servicios esenciales ya de por sí colapsados.
Pep Juárez, portavoz de la Plataforma de Mallorca per la Defensa del Sistema Públic de Pensions, apunta que, debido a esta digitalización, "muchos mayores se encuentran excluidos de toda una seria de servicios básicos que tienen que ver con sus propios derechos. Es un tema transversal que afecta tanto a bancos como a la Administración y el servicio de salud".
Así, el sector de la banca, aunque no es el único, es para muchos el ejemplo paradigmático de este desamparo digital que sufren muchos de nuestros mayores.
"Lo de la banca no tiene nombre. Ha decidido cerrar oficinas y despedir personal, haciendo que todas las operaciones se tenga que realizar a través de aplicaciones móviles. Ya no es que muchas personas mayores estén desatendidas, sino que incluso se pueden sentir agredidas en cuanto a su derecho a gestionar sus propios recursos", señala el propio Juárez.
Una realidad que, en muchas ocasiones, les puede llevar a experimentar sentimientos de angustia y ansiedad.
"Indefensos. Inútiles. Como si ya se nos hubiera pasado el tiempo. Apartados en un rincón". Así asegura sentirse un veterano vecino de la capital balear, mientras que una octogenaria lamenta que "necesitamos ayuda, pero no se preocupan".
La brecha digital tiene rostro, nombre y apellidos. Un colectivo, el de nuestros mayores, que se ha ganado el derecho a una atención digna.