Circular con auriculares, hacerlo fuera de las zonas permitidas o no llevar el chaleco reflectante son las infracciones más frecuentes entre los conductores de patinetes en la capital balear. No en vano, ya se han interpuesto cerca de 800 sanciones a usuarios de patinetes en lo que va de año.
Económico, respetuoso con el medio ambiente y, sobre todo, rápido a la hora de desplazarse por una gran ciudad como puede ser el caso de la capital balear. Son muchos los motivos que explican el incremento exponencial en el número de patinetes que cada día circulan por las calles de Palma de un tiempo a esta parte.
La presencia de este nuevo elemento de movilidad, sin embargo, ha generado serios problemas de convivencia con los conductores de otros medios de transporte más convencionales, así como con el resto de peatones.
Una situación que ha obligado, a instancias de las quejas presentadas por parte de muchas asociaciones de vecinos, a redactar una normativa específica que entró en vigor hace ahora un año y a controlar de manera mucho más exhaustiva el uso que muchas personas hacen de estos vehículos de movilidad personal.
No en vano, en los últimos días, la Policía Local ha sancionado hasta a 39 usuarios de patinetes eléctricos en dos grandes controles llevados a cabo en la capital balear y que, visto lo visto, puede que sean cada vez más frecuentes.