Así, a los tradicionales nacimientos, pesebres y figuras del Belén, se le añaden piezas de cristal, cerámica y costura elaboradas durante todo un año de duro trabajo y marcado por la pandemia.
Una de las artesanas reconoce estar "muy contenta de poder estar aquí, porque ha habido momentos en los que hemos tenido serias dudas". Además, se ha mostrado convencida de que la campaña irá bien, "puesto que con la que caía el año pasado la gente ya respondió de una manera increíble, con mucha solidaridad, con ilusión, demostrando a las claras su deseo de salir adelante".
La puesta en marcha de este tradicional mercadillo nos indica que la Navidad está a la vuelta de la esquina. Unas fiestas que se inaugurarán oficialmente en Palma el miércoles de la próxima semana con el encendido de las luces instaladas en las calles de la capital balear.
Un dispositivo con más de 4.200 elementos luminosos, cuyo coste supera el millón de euros, y en el que repite el polémico árbol gigante de Navidad del Parc de la Mar, de 23 metros de altura, y que en el año de su estreno tuvo que clausurarse al no poder garantizar la distancia de seguridad entre los visitantes.