La falta de materias primas para fabricar casi todo, desde juguetes de plástico hasta contenedores marítimos o coches, afecta también al sector juguetero, que está sufriendo un incremento en los costes de entre el 20% y el 40%
A principios de año, una empresa que se dedica a crear robots y helicópteros para niños vió que había escasez de los microchips que utiliza para fabricar sus juguetes y, en previsión, hizo acopio para año y medio.
De hecho, la escasez de materias primas para fabricar cualquier producto está afectando a todos los sectores, también al juguetero.
Con las materias primas está ocurriendo este 2021 algo parecido a lo que ocurrió en los supermercados en marzo de 2020 con algunos productos, que se agotaron porque se hizo acopio excesivo ante el miedo a que se acabaran.
A esta escasez de materias primas y el aumento espectacular de la demanda hay que sumar la crisis de transporte que hay a nivel mundial. El precio del transporte por barco desde Asia se ha multiplicado por 10 por la escasa oferta de navíos y contenedores y una demanda disparada. China es la fábrica del mundo, de donde viene casi todo lo que consumimos.
El 90% de la mercancía viene por barco, que es el medio de transporte más barato, 15 veces más que el avión. Pero no hay contenedores porque no hay acero, no hay palets porque muchas empresas madereras cerraron en pandemia, y las navieras tampoco pueden fabricar barcos de la noche a la mañana.
Desde la asociación de fabricantes de juguetes señalan que hay una carencia de los alambres de hierro que van dentro del muelle que se usa para fabricar las pistolas de juguete. También de los polimeros que se utilizan en los coches de plástico o en los cubos de playa, y de los PVC que componen parte de las muñecas. A raíz de esta necesidad, los precios de estos materiales se han disparado un 100% y un 40%, respectivamente.
Sin embargo, el hecho de que aumenten los precios no afectará al desabastecimiento, pues los productos estrella que se agotan cada año, lo seguirán haciendo también este, pese al incremento de su coste. Y los que no lleguen no entrarán en el catálogo ni estarán en las tiendas, con lo que no se echarán de menos.
