Así, mientras el sector hotelero balear sigue apostando por el sector del lujo, en muchos países de nuestro entorno se ha incrementado la presencia de un cliente más interesado en alojamientos low cost a la hora de poder disfrutar de sus vacaciones.
Una realidad que queda patente al comprobar cómo durante el último año las ventas de caravanas se han disparado hasta un 20 por ciento en territorio europeo, siendo Alemania el país donde más han crecido, con más de 78.000 ventas en los últimos doce meses.
Un turismo low cost cuyo objetivo prioritario no son las estancias en hoteles ni establecimientos de lujo, sino que apuesta principalmente por alojamientos tipo hostels en el centro urbano.
Se trata mayoritariamente de un cliente joven, no necesariamente relacionado con el turismo de borrachera, mucho más interesado en poder disfrutar de la oferta complementario que ofrece el lugar de destino que en las comodidades de las que dispone un establecimiento de alta gama.
A pesar del importante segmento de público que representa, el sector turístico balear sigue priorizando la llegada de los turistas de alto poder adquisitivo, un segmento turístico con un gasto diario muy por encima de la media.
Un turismo saludable y low cost para quien, por cierto, la potencia de la red wifi del establecimiento en cuestión es una de las variables a tener en cuenta antes de decidirse a confirmar su reserva.