Muchas veces tenemos en el armario prendas que pensamos que nos pondríamos pero que nunca acabamos estrenando o ropa que ni nos acordábamos de su existencia. Otras veces guardamos algunas prendas que ya no nos caben por si en un futuro podremos volvernos a poner.
Esta situación viene provocada por el incremento de la producción, un mayor consumo de prendas low cost y por la compra irracional e insostenible de ropa.
Precisamente, la industria textil se ha convertido en la segunda más contaminante del mundo. Millones de toneladas de ropa acaban en el vertedero cada año. En nuestro país, el 90% de las prendas desechadas acaba en la basura, muy pocos la reciclan o le dan una segunda vida.
Cada año se fabrican 150.000 millones de prendas a nivel mundial. De todas estas prendas entre ropa y complementos, el 30% se venden en rebajas y otro 30% nunca se acaba vendiendo.
Para frenar este despilfarro, cada vez más marcas y diseñadores apuestan por la economía circular, tratando de aprovechar las prendas que no usamos para hacer otras nuevas o bien dándoles una segunda vida.