Los gobiernos de Alemania y Austria ya han advertido a su población, a través de sendos anuncios en televisión, de la posibilidad de que se produzca un apagón energético en suelo europeo.
A pesar de que los expertos aseguran que el suministro en España está garantizado durante al menos 40 días, lo cierto es que la incertidumbre ante la crisis energética actual ya ha llegado a la calle.
Un nuevo temor al que se une el problema en la llegada de suministros en algunos sectores productivos, afectados por la crisis energética y muy dependientes del mercado asiático, en especial de China.
Bartolomé Servera, presidente de la Asociación de La Asociación de Empresas de Distribución de Alimentos, Bebidas y Limpieza de Baleares (ADED), ha señalado que "ya se habla de millones de contenedores estancados, tanto en Oriente como ya en Occidente. Lo hemos confiado todo a China y, claro, nos hemos puesto en manos de un país que, además de tener sus propios problemas, también cuenta con sus estrategias económicas. Creo que la situación actual tiene difícil solución a corto plazo".
Si bien es cierto que las cadenas de supermercados ya han asegurado que no habrá problemas en el suministro de alimentos, en la calle se palpa cierto grado de incertidumbre ante esta doble amenaza, tanto energética como de suministros.
"Es preocupante porque hay mucha alarma y vivimos en una situación de estrés constante", señala una vecina de Palma. Otro, asegura que "puede ser que haya algo, pero a veces se genera una bola de nieve demasiado grande que muchas veces no se corresponde con la realidad". Un chico joven apunta que "el problema es que no llega el mensaje político dando tranquilidad. Que salga alguien, una voz autorizada, a explicar que no hay ningún problema".
Una tranquilidad necesaria tanto social como económicamente, en un momento en el que todos nos hemos ganado un respiro en la vuelta a esta nueva normalidad.