El Tomicus es un insecto prácticamente mortal para los árboles más débiles, como es el caso de la mayoría de los pinos afectados. Unos árboles cada vez más expuestos por la constante erosión de las capas de sustrato de la superficie que provocan los excursionistas que no respetan los caminos y senderos trazados.
Lluís Calvo, Jefe de Servicio Adjunto del Servicio de Parques y Jardines de Palma en el Área de Ponent, ha señalado que "el árbol sano se defiende y puede ganarle la partida al Tomicus mediante exudados de resina. El problema es que si el árbol ya está debilitado, el Tomicus acaba siendo una sentencia de muerte".
Ante esta situación, "los árboles se talan para evitar accidentes y posteriormente se trituran para que ese triturado acabe evolucionando y convirtiéndose en el suelo sobre el que podrán germinar los árboles del futuro", ha señalado el propio Lluís Calvo.
Con esta explicación, el alcalde de Palma, José Hila, ha querido acabar con la polémica suscitada sobre una supuesta tala de árboles que favoreciera la ampliación de la actual zona de juegos infantiles ubicada en el bosque del castillo.
"Yo creo por una parte hay personas que honestamente dudan de que haya que cortar los árboles y otras creo que lo hacen con el interés de crear una polémica. Cada uno ve las cosas desde su punto de vista. A mí me toca verlo desde una perspectiva global, y lo que veo es que tenemos un bosque que está siendo atacado por una plaga", ha manifestado el propio Hila.
La idea del Ayuntamiento de Palma es plantar mil nuevos árboles entre los próximos meses de noviembre y enero para repoblar una masa forestal que ha sufrido los estragos del Tomicus.