Desde la moción de censura en Murcia de abril, alrededor de 175 dirigentes han dejado la formación que dirige Inés Arrimadas.
Regidores naranjas de Calvià, Llubí, Sineu y Llucmajor han dejado la formación ante "la deriva ideológica que ha tomado el partido". Los últimos han sido Ginés Sáez de Llucmajor, Gaël Thyus de Calvià y Pere Joan Jaume de Sineu.
Según alegan, la actual dirección balear, encabezada por Patricia Guasp, se dedica a "hacer seguidismo al PSOE de Francina Armengol en numerosas iniciativas y propuestas que son contrarias a los valores y principios liberales".
A estos casos hay que sumar las bajas de otros destacados cargos del partido, como el diputado autonómico Maxo Benalal o el concejal de Palma Josep Lluis Bauzà, así como los de Sebastián Aguiló de Sóller o Jorge de Diego en Sant Lluís (Menorca).
En otras comunidades también se está produciendo esta fuga de cargos de Cs. Como es el caso de Alfredo Gómez, concejal en el Ayuntamiento de La Laguna, y Marisa Bermejo y Jaime Garijo, concejales en el Ayuntamiento de Logroño.
También ha habido deserciones en la comunidad autónoma de Aragón y, más en concreto, en Zaragoza.
Algunos de esos dirigentes del partido naranja que han abandonado Cs han acabado pasando al PP, como es el caso de Fran Hervías, que fue secretario de Organización de Cs y diputado por Granada y que trabaja ahora junto al secretario general de los 'populares', Teodoro García Egea.
Lo mismo ha ocurrido con la exportavoz de Cs Lorena Roldán, que se acaba de afiliar al PP tras concurrir de número dos por Barcelona en la lista del PPC en las catalanas de febrero; o del excoordinador de Cs en Euskadi Luis Gordillo, que también dejó Cs para integrarse en las filas del PP, entre otros.