De hecho, el propio alcalde de Palma, José Hila, ha manifestado esta misma semana que "ahora mismo, después de una crisis económica mundial, el hecho de que se recuperen todos los sectores turísticos es una buena noticia para la ciudad. Estamos hablando de empleo, de personas que tienen un sueldo. Eso, ahora mismo, es una muy buena noticia".
A pesar de todo, basta con darse una vuelta por Palma para comprobar que la llegada de cruceros sigue siendo un punto de discordia entre muchos de sus vecinos.
Así, mientras algunos defienden que "nos guste o no, al igual que Canarias, nosotros vivimos del turismo", hay otros que piden una "mayor regulación para evitar la llegada masificada de turistas", además de su preocupación por el "daño" que este tipo de turismo genera en el mar y el fondo marino.
Economía y medio ambiente son algunos de los puntos enfrentados en relación al turismo de cruceros. Un debate, que de momento, parece quedar en un segundo plano hasta que se confirme la plena recuperación económica.