Esta certificación avala la trazabilidad total en la gestión de los residuos durante la obra de reforma del establecimiento, y espera convertirse en un procedimiento a replicar por otras empresas del sector comprometidas con una economía circular en la isla.
La presentación estuvo encabezada por los tres pilares de este proyecto pionero en Mallorca: María Frontera, presidenta de la FEHM, Catalina Alemany, directora de la Responsabilidad Social Corporativa de RIU Hotels y Jose María Bauzá de Mirabó, Director General de MAC Insular. También estuvo presente en el evento, Carmen Riu, consejera delegada de RIU Hotels y máxima responsable del área de sostenibilidad de la compañía.
Para la FEHM, entidad precursora de la iniciativa, esta presentación es “la culminación de un ejemplo práctico que pone de relieve que las alianzas inteligentes, la aplicación de método y procedimientos perfectamente estudiados tiene resultados que multiplican los efectos positivos en el entorno”. Unos efectos que, según su presidenta María Frontera, “ponen en valor las reformas llevadas a cabo en la planta hotelera de Mallorca y que demuestran, una vez más, cómo el sector hotelero ejerce de palanca y genera actividad económica no sólo en el sector de la construcción e industrias afines, sino también creando empleo verde".
A finales de 2018, RIU se unió a la FEHM y a MAC Insular como la primera cadena hotelera en apostar por este nuevo modelo sostenible y convertir la reforma del Riu Concordia en un hotel-laboratorio de gestión de residuos. La directora de RSC de la compañía, Catalina Alemany, asegura que “desde el principio vimos la oportunidad de involucrarnos activamente en una actuación que, no solo contribuye a la mejora de la sostenibilidad, sino que además ha resultado altamente satisfactoria”. Una muestra de ello fue el reconocimiento de los Premios Re Think, como uno de los mejores proyectos de sostenibilidad y rehabilitación en el sector hotelero español.
En la obra llevada a cabo entre octubre de 2019 y mayo de 2020, RIU demolió todo el edificio exceptuando únicamente su estructura obteniendo toneladas de escombros de diversos materiales como residuos de construcción y demolición (13.971 t), electrodomésticos (971 kg) y residuos voluminosos o mobiliario (242 t). De ellos se reciclaron 776 kg de electrodomésticos, reutilizando los que se encontraban en buen estado y de los “no reparables” se recuperaron componentes valorizables; los muebles de segunda mano fueron entregados a la Fundación Deixalles, y el material corporativo como ropa de cama, toallas u otros textiles en buen estado se donaron a la Cruz Roja. En total, en el cribado de residuos se descartó solo un 0.89% de los 14.215 toneladas recopiladas.
Esta sistemática, monitorizada por MAC Insular durante todo el proceso, aseguró la trazabilidad del residuo y el cumplimiento de la responsabilidad legal y ambiental de RIU durante toda la obra. Además, evitó a la hotelera recurrir a intermediarios y, por lo tanto, a una posible gestión incorrecta e ilegal de los residuos generados. Por último, simplificó los trámites y la gestión de estos residuos a la vez que reforzó la apuesta de la hotelera por una construcción sostenible.
Para José María Bauzá de Mirabó, director general de MAC Insular, “la ejecución de este proyecto es un ejemplo de la importancia de la colaboración entre sectores económicos para reforzar la sostenibilidad de la actividad turística en Mallorca. Demuestra que si existe voluntad en las empresas y una mínima planificación previa, se puede garantizar la trazabilidad de todos los residuos y su mejor aprovechamiento, reutilizando, reciclando y valorizando los mismos”.
Un punto de vista que comparte Catalina Alemany, quien añade que “el sector privado tiene la responsabilidad de liderar una parte fundamental del cambio de tendencia, que implica de forma transversal todo el proceso de toma de decisión, empezando por algo tan importante como los criterios en la obra y reforma de un hotel".
Por su parte, María Frontera y el organismo que preside se comprometen a “la divulgación de estas buenas prácticas para que se extienda al resto de sectores y entre todos seamos más proactivos y conscientes. La economía circular no es una moda, es un nuevo modelo de hacer las cosas con el que, bien aplicado, ganamos todos. No es futuro, ya es nuestro presente".