Hartos de las broncas, ruidos y peleas que se viven a diario en el número 63 de la calle Manacor, los vecinos de la zona se han movilizado para tapiar la entrada y evitar así que los okupas vuelvan a entrar al interior del edificio.
El incendio del pasado domingo, en el que una persona tuvo que ser ingresada en el hospital por inhalación de humos, ha sido la gota que ha colmado el vaso de unos vecinos que ya no soportan más una situación que ha generado una gran inseguridad en la barriada.
El Ajuntament de Palma ya había precintado en dos ocasiones el inmueble, pero de poco servían las cintas y los carteles que prohibían el acceso, pues a las pocas horas estaban arrancados y los moradores se habían instalado de nuevo en su interior.
Con el cierre de los accesos, los vecinos confían en que se gane algo de tiempo antes de encontrar una solución definitiva que apacigüe algo los ánimos en este céntrico barrio de la capital balear.