Según ha informado Conselleria de Medio Ambiente y Territorio este sábado en nota de prensa, el seguimiento de la población de buitre negro de este año ha concluido con 32 crías que han volado de 45 nidos que han sido ocupados en la Serra de Tramuntana. Las cifras son superiores a las del pasado año, cuando se registraron 27 polluelos, y similares a las del 2019, cuando se logró un récord histórico de puesta y volaron 34 ejemplares.
Los resultados ponen de manifiesto la tendencia positiva que ha experimentado la población de buitre negro durante los últimos 10 años. Si entre el 2011 y el 2015 los polluelos exitosos rondaban la docena, a partir del 2016 han sido más de 25 cada año, hasta lograr su máximo el 2019, con 34 crías. Los nidos ocupados siguen la misma tendencia y este año son 45, los mismos que hace dos años.
Este es el resultado del recuento que realizan los Agentes de Medio Ambiente para el Servicio de Protección de Especies. Así, durante el 2021 los agentes han visitado 75 nidos, encontrando 45 ocupados, de los que 32 han sacado adelante un polluelo y 13 no han tenido éxito.
Como novedad, por primera vez una de las crías de buitre negro ha nacido en un nido realizado encima de roca, cuando normalmente se forman en las copas de los pinos. El nuevo nido se registró el año pasado, cuando también hubo puesta, pero esta fracasó.
Desde que la población de buitre negro se encontró al límite de su extinción, en 1982 con 20 ejemplares, la evolución ha sido positiva y no se encuentra peligro crítico de extinción gracias al programa de recuperación iniciado hace 38 años. En estos momentos figura como vulnerable en el Catálogo Balear de Especies Amenazadas y el objetivo es mantener la especie hasta lograr un nivel demográfico adecuado.
En cuanto al buitre leonado, este año han sido 15 los polluelos que han volado, de 21 nidos ocupados. Una cifra similar a la de los cuatro años previos, cuando han volado una media de 13 crías por año y superior a la evolución entre el 2012 y el 2016, cuando no llegaban a 10.
