Pero pese a que este tipo de turismo de excesos se da únicamente durante la época de los viajes de estudios y ya han finalizado, desde la policía se sigue con una política de tolerancia cero ante cualquier acto de incivismo.
En este sentido, desde el cuerpo de policía de Llucmajor se han atendido más de 100 intervenciones por quejas de ruidos y otras infracciones en viviendas vacacionales, en hoteles o en la vía pública, tanto a lo largo de la costa llucmajorera como en algunos puntos del interior.
Algunos ejemplos de este tipo de infracciones que se siguen denunciando son las registradas hace un par de noches cuando fue denunciado para tener más de 20 clientes en una fiesta en la piscina, así como a diferentes habitaciones (pese a que la fiesta no estaba organizada por el establecimiento hotelero) o la denuncia a otro cliente de otro establecimiento por lanzar objetos en la vía pública.
Según explica Éric Jareño, alcalde de Llucmajor, "no queremos este turismo de excesos de ruidos y botellones como el que cada año tenemos durante 15 días en junio, pero tampoco queremos un turismo, que sin llegar a este nivel, causa molestias diarias a los residentes". El alcalde añade que "no cesaremos en nuestra lucha para mantener la buena convivencia ciudadana con todos los recursos de los que disponemos".
Para Sergi Torrandell, inspector jefe de la policía local, “la vivienda vacacional, lejos de ser un lugar donde venir a pasar las vacaciones y disfrutar del sol, la playa, la cultura, la gastronomía o la oferta complementaria se ha convertido en un lugar donde venir de fiesta, sin tener en cuenta que estos establecimientos están rodeados de vecinos a los que se les causan molestias a todas horas". En este sentido, Torrandell añade que "desde la Policía Local continuaremos controlando este tipo de turismo y llevando a cabo las acciones que procedan".
