La cosa no ha salido como habíais planeado. Bueno, la primera parte sí. Ha sido el colofón el que ha descuadrado vuestras expectativas. Claro, vosotros no quisisteis prever que un rosario de fiestas descontroladas, fuera mascarillas, despreciando todas las medidas de prevención sanitaria y apretujándoos los unos con los otros acabarían provocando un rebrote de la pandemia.
Tampoco es que este desmadre se haya producido solamente aquí, en Mallorca. Compañeros de edad vuestros que han estado en el Algarve portugués, en otros destinos turísticos de Andalucía y en lugares de similares características festivas también han disparado las alarmas sanitarias.
Ahora os vais de aquí y de regreso a casa, al menos los que no habéis dado negativo en las pruebas PCR. En pocas horas vuestros papás y vuestras mamás os arrullarán con cariño al reincorporaros al nido familiar. ¡Qué tiernos! Seguro que también os regañarán por haber puesto en peligro vuestras propias vidas y, quizás, la de los mallorquines. O no. A quien le importan los mallorquines si lo que está en juego es pasárselo bien, aunque sea desmadrados y pasados completamente de vueltas.
Buen viaje y que, cuando haya pasado todo esto, podáis volver a visitarnos. Os recibiremos, como siempre, con los brazos abiertos y con una sonrisa, aunque sea forzada y más falsa que un euro de madera.
Por cierto, si junto a vosotros tenéis a alguna persona que conoce el idioma que hablamos los mallorquines, preguntadle que significa la palabra “arruix!”. Pues eso.