En una rueda de prensa, la consellera de Agricultura, Pesca y Alimentación, Mae de la Concha, ha remarcado que esta enfermedad sólo se transmite a través de un mosquito, que los animales no se contagian entre sí y que no afecta a los humanos. Además, ha garantizado que la carne y la leche de estos animales puede consumirse sin problemas.
La lengua azul es una especie de gripe que produce mucosidad, fiebre alta e hinchazón severo en la lengua que impide que el animal pueda comer y beber, lo que le debilita hasta causarle la muerte.
La enfermedad tiene un periodo de incubación de cinco a diez días. Esto permite detectar rápidamente los animales infectados y controlar el fin de la emergencia. "Aunque no hay que bajar la guardia si después de dos semanas no hay ningún positivo, ya que el mosquito sigue", han indicado desde la Conselleria.
El director general de Agricultura, Pesca y Alimentación, Fernando Fernández, ha indicado que la semana que viene llegarán 400.000 vacunas de Extremadura. La administración de la dosis será obligatoria y todos los costes los asumirá la Conselleria.
Fernández también ha querido lanzar "un mensaje tranquilizador" a los ganaderos asegurando que, a diferencia de hace 20 años, esta vacuna no tiene efectos secundarios y que no será necesario sacrificar a los animales infectados. "Sólo se sacrificarán por bienestar animal a aquellos cuya enfermedad esté muy avanzada", ha matizado.
En cuanto al protocolo de vacunación, ha detallado que empezarán los veterinarios de las Asociaciones de Defensa Sanitaria, quienes administrarán el 50 por ciento de las vacunas. Del otro 50 por ciento se encargarán los veterinarios de la Conselleria.
Las vacas necesitan dos dosis y las ovejas una, mientras que para las cabras "no hay vacuna que tenga los efectos de inmunidad deseados", por lo que no la reciben. Según el censo ganadero del 2020, en Baleares hay 22.199 vacas y 274.990 ovejas.
"Ha sido así siempre y es lo que dicta el protocolo de actuación de la Unión Europea por el que nos regimos. En este caso, las cabras sirven para ver la evolución de la enfermedad en la zona", ha explicado Fernández.
No obstante, le director general ha hecho hincapié en que ello no significa que no vayan a tomar medidas de prevención. La Conselleria recomendará a los ganaderos insecticidas y repelentes, tanto orgánicos como convencionales. Además, se ejecutarán tareas de limpieza de instalaciones y se intervendrá para reducir la población de mosquitos.
Por otro lado, también ha informado de que las vacunas se tendrán que administrar cada año mientras dure la emergencia, que de momento se ha declarado durante un año. "La prórroga dependerá del avance de la enfermedad", ha afirmado.
Además, se prohíbe de manera cautelar el traslado de animales fuera de las Islas y los movimientos internos deberán seguir estrictas medidas de limpieza y control. Sin embargo, los ganaderos sí podrán transportar carne y leche, "ya que no es perjudicial para el consumidor", ha recordado Fernández.
Esta cepa de lengua azul procede, según de la Concha, de los Balcanes, ya que España era zona libre de esta enfermedad y el último episodio en Baleares fue en el año 2000, que dejó imágenes "traumáticas para los ganaderos que no se volverán a repetir".
En este sentido, la consellera ha resaltado que no escatimarán en recursos para detener la propagación de esta infección y así evitar todas las repercusiones que puede acarrear.