La actividad se divide en dos partes. La primera consta de una pieza de microteatro de una duración de 15 minutos, que trata una situación cotidiana de un alumno que vive atormentado por las burlas constantes de sus compañeros cuando descubren un rumor sobre su sexualidad. A través de los dos personajes se presenta a los usuarios situaciones de bullying que a veces no son identificables a primera vista.
"Primero de ESO es un año complicado, de transición, han pasado de ser los grandes de la escuela a los pequeños del instituto. Es un momento de construcción de la forma de relacionarse y un taller siempre es mejor para poder verbalizar y replantearse actitudes, siempre es mejor que una charla unidireccional", ha explicado la directora del IES Marratxí, Loreto Herrero.
Sofía Pons, alumna de primero de ESO, ha asegurado que este taller les ha hecho reflexionar sobre lo que deben hacer si ven un episodio de bullying: "He aprendido que si me encuentro una persona sufriendo bullying tengo que ir a ayudarla y llamar a un adulto".
Por su parte, Víctor Martínez, alumno de primero de ESO, ha señalado que el taller le ha servido para ponerse en la piel de una persona que sufre bullying. "Hemos aprendido que tenemos que hacer para ayudarle", ha añadido.
En la segunda parte del taller, se repiten momentos claves de la pieza y durante el debate se tratan temas como los límites de las bromas, el respeto o cuáles son las vías posibles dentro de su propio centro que tienen los jóvenes que sufran bullying.
Según el Ajuntament de Marratxí, el objetivo principal es que el alumnado identifique, experimente y encuentre conductas alternativas y proactivas de actuación en situaciones cotidianas normalizadas, pero disruptivas, que están presentes en el día a día.
Nuria Zen, alumna de primero de ESO, ha indicado que la obra de teatro les ha permitido saber qué hacer en caso de ser testigo de bullying. "Yo he aprendido que lo primero que haría sería ayudar a la víctima, estar con ella y si fuera a más, pediría ayuda a un adulto", ha dicho.
"El hecho de escenificar el sufrimiento de una persona hace que los chicos puedan tener el grado de empatía necesario para meterse en su piel y empezar a reflexionar sobre todas estas conductas", ha apuntado Cati Berensen, tutora de primero de ESO.
Una vez identificados los conflictos, se presentan diversas maneras de abordar la situación con el fin de ponerle solución. Por último, se llega a una conclusión final, donde se dejan claros conceptos clave.