De los dos carriles habilitados, solo uno de ellos funcionaba. Las máquinas de asfaltado trabajaban al máximo. Y pese a que desde la empresa encargada se esforzaban por dirigir el tránsito y que los embotellamientos fueran mínimos, no era suficiente.
Las obras en la entrada de Manacor han perjudicado a centenares de personas que iban a vacunarse al hipódromos de la ciudad, otras que iban a su puesto de trabajo, otras que acompañaban a sus hijos al colegio o a actividades extraescolares... Con todo, las redes sociales ardieron, evidenciando una vez más la falta de planificación del Departamento de Carreteres dirigido por Iván Sevillano.
Y es que parece ser que eso de buscar accesos alternativos y diversificar las entradas para evitar el cuello de la botella no saben que es.
Planificar las obras para las horas de la noche en las que el calor no afecta tanto a los operarios y no produce las enormes retenciones con los perjuicios que esto implica, tampoco saben que es.
Sevillano no acaba de acertar en sus políticas de carreteras. Falta de previsión, perjuicios, cobardía a la hora de acudir a inauguraciones que le corresponden como la autovía Llucmajor a Campos, pared seca postiza para la Serra de Tramuntana... toda una lista de despropósitos.