Además y aunque ha logrado mejorar moderadamente los resultados de su formación, ha concluido que su figura impide a la izquierda sumar en unos comicios con una movilización histórica, al servir como un "chivo expiatorio" que moviliza a "lo peor" de la sociedad. En consecuencia, no tomará su acta de diputado, pese a que dijo que aceptaría el puesto en el que le situarán los ciudadanos, y deja el futuro grupo parlamentario en manos de la número dos de su lista, la coportavoz Isa Serra.
Una renuncia que se produce tras ser verse relegado a un papel irrelevante en la política madrileña y superado por Más Madrid y la candidata Mónica García, que retoma el testigo de Íñigo Errejón como fuerza emergente en el arco de la izquierda y llegando a dar el ansiado 'sorpasso' al PSOE que perseguia desde la gestación de Podemos.